Era el hombre más libertino del reino de Kitzinia… si no del mundo entero.
Adriana Righetti, secretaria personal de palacio, no era ajena al escándalo, pero el príncipe Pat llevaba el libertinaje a un nivel desconocido. Sus infames relaciones con mujeres de mala fama iban más allá de lo escandaloso. Su último encargo era mantener a raya al príncipe, pero evitar que saliera en la prensa antes de la boda de su hermano, el príncipe heredero, era una misión imposible.
Sin embargo, cuando las cámaras no estaban mirando, Adriana miraba tras la fachada de hombre despreocupado y disoluto y se preguntaba… ¿habría algo más en aquel príncipe rebelde de lo que todo el mundo conocía?
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