Cuando el productor de cine Ryan Jackson besó a una hermosa
desconocida para protegerla de un lascivo inversor, no sabía que era su
nueva empleada ni que se trataba de la hermana pequeña de su mejor
amigo. La única forma de llevar a cabo su nueva producción era fingir
una apasionada relación sentimental con la única mujer que estaba fuera
de su alcance. Entonces, ¿por qué pensaba más en seducir a Jaci
Brookes-Lyon que en salvar la película?