Sólo podía ofrecerle su corazón, si es que ella estaba dispuesta a aceptarlo.
Después de que su novio la dejase, Tessa Jones no estaba dispuesta a aguantar las tonterías de ningún hombre. Pero ¿cómo iba a negarse a ayudar al extraño que se había desmayado delante de su casa en medio de una ventisca? Un hombre que no sabía ni quién era, ni cómo había llegado hasta las Sierras de California…
Él no recordaba su nombre, sin embargo, le enternecía la mujer que le había salvado la vida. ¿Qué podía ofrecerle a Tessa si no tenía nada, salvo unos vagos recuerdos de un rancho en Texas?