Su plan para seducir a su bella oponente contribuyó a que el acuerdo resultara todavía más dulce.
El magnate Massimo Sforza aprendió desde muy pequeño que las emociones eran para los débiles. Disfrutaba aplastando a sus oponentes en la sala de juntas tanto como de las muchas mujeres que pasaban por su cama. Pero su nueva rival no se parecía a nadie que hubiera conocido con anterioridad…
El magnate Massimo Sforza aprendió desde muy pequeño que las emociones eran para los débiles. Disfrutaba aplastando a sus oponentes en la sala de juntas tanto como de las muchas mujeres que pasaban por su cama. Pero su nueva rival no se parecía a nadie que hubiera conocido con anterioridad…