Sólo una mujer podía ayudar a su hermana: la esposa de la que llevaba tiempo separado...
Rico exigía a Stasia que en público actuase como la perfecta esposa: cariñosa, leal y, sobre todo, fiel.
Pero en privado no sería más que una esclava de su pasión. Sin embargo, Rico no contaba con que se obsesionaría con ella y con el modo en que hacían el amor.
Stasia temía que, en cuanto la hermana de Rico se recuperara, él la echara de su lado.
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