El deber hacia su reino le impedía dejarse llevar por la pasión…
Francesca se quedó sorprendida cuando Zahid al Hakam, un amigo de la familia, apareció en la puerta de su casa. Después de todo, ahora era el jeque de Khayarzah y debía de estar acostumbrado a moverse en otros ambientes. Seguía tan atractivo como siempre y ella se sintió tentada a aceptar su invitación de ir a trabajar con él a su país.
Zahid descubrió que la desgarbada adolescente que él conoció se había convertido en toda una belleza. ¿Sería justo tener una aventura secreta con ella?
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