¿Podría tenerla en la oficina… y también en casa?
Todo cambió después de aquella noche en que la secretaria de dirección Rachel Adler hizo realidad su fantasía y se acostó con su jefe. Shane Elliott era mejor que cualquier sueño que pudiera tener, pero después de aquella noche, Rachel sabía que no podría volver a trabajar con él.
Inmerso en la lucha por el control del imperio familiar, Shane no estaba dispuesto a permitir que Rachel dejara la empresa. Era su mano derecha y la necesitaba. Y después de la noche que habían pasado juntos… también la deseaba.
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