¡Un bebé en la bandeja de entrada!
Savannah Jones no sólo había caído en el viejo cliché de enamorarse de su jefe, sino que además estaba esperando un hijo suyo. Todo el mundo sabía que el dinámico y atractivo Rick Sullivan era un soltero redomado, casado únicamente con su trabajo. Así que, convencida de que no existía un final feliz para ella, Savannah trató de resignarse en silencio.
Pero Rick no quería dejarla marchar, por razones que ni él mismo comprendía muy bien, y Savannah no se casaría con él por obligación moral. Estaban en un punto muerto… a menos que el taciturno ejecutivo se dejara llevar y sacara al padre cariñoso que llevaba dentro.
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