Aquel magnate tenía una norma innegociable.
A Daisy Connolly, la combinación irresistible de una fiesta nupcial, champán y la química con Alex Antonides la había llevado a pasar un increíble fin de semana con él en la cama de consecuencias inolvidables.
Hacía tiempo que aquel griego tan sexy se había ido y le había roto el corazón. Así que, cuando el despiadado Alex volvió a aparecer en su vida, Daisy decidió alejarse para no sufrir. Tenía que hacerlo porque tenía un hijo de cinco años del que no quería que supiera nada. Pero el heredero Antonides no podía permanecer oculto para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario