No hay nada como un día entero dedicado a los enamorados para que hacer que una chica se sienta como una absoluta perdedora.
Abandonada por su novio, que resultó ser un psicópata, y hasta las narices de su trabajo, Kate Hamilton necesita poner en orden su vida y recuperar un poco de su pérdida autoestima. Así que decide trasladarse desde la caótica y brillante ciudad de Las Vegas a las tierras salvajes de Gospel, en Idaho, para ayudar a su anciano abuelo. Está claro que es una decisión acertada... ¿qué podría salir mal?
Bueno... para empezar, que lo mejor que puede encontrar un viernes por la noche para entretenerse es leer un poema... hasta que decide echar una cana al aire con el primer hombre que merezca la pena. Pero da la casualidad que ese primer hombre resulta ser Rob Sutter, una antigua estrella de hockey sobre hielo, actual propietario de la tienda de Deportes Sutter, colindante a la tienda de su abuelo, y que no sólo la rechaza sino que termina sermoneándola.
Rob está harto de todo lo relacionado con el amor y no quiere involucrarse en una nueva relación. Pero cuando él y Kate son pillados in fraganti en una posición más que comprometedora en el supermercado local –dándole un nuevo sentido a la frase "limpiando el pasillo cinco"– empieza a replantearse su punto de vista.
Lo malo es que acaban de dar una importante carnaza a todas las cotorras de Gospel.
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