Dakota Graywolf no podía desafiar las tradiciones cheyennes. Así que cuando Annie Winters le pidió que fuera su esposo y el padre de tres niños cheyennes, él le dijo que sí y lo consideró un orgullo.
Dakota esperaba que ese acto de deber le proporcionara una cierta recompensa. Ansiaba conocer a la voluptuosa Annie de todas las maneras posibles, cada noche. Pero ella sostuvo los términos de su acuerdo como un escudo, protegiendo su inocencia. Aun así, Dakota sabía que tenía que tener a esa mujer en su lecho. Y que ella debería de quererlo en cuerpo y alma...
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