Recientes experiencias le habían enseñado a Harriet que sólo se vive una vez. Así que decidió cambiar su imagen por completo y transformarse en rubia.
Marcus Fox, el jefe de la compañía en la que trabajaba, no lo aprobaba. Se decía que aborrecía a las rubias. Había algo de lo que Marcus parecía querer hablarle en cada oportunidad que se presentaba, algo que parecía avergonzarlo y de lo que Harriet guardaba un nebuloso recuerdo: la última fiesta de la oficina...
¿Tendría aquello algo que ver con su creciente interés por ella?
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