Él era todo lo que Tiffany Blair quería. Era el peligro. Era el amor... y ella había nacido para estar siempre a su lado. El problema estaba en que el poderoso Kingman Marshall insistía en que el matrimonio era para los tontos.
Para bien o para mal, Tiffany había decidido casarse con él. Era joven, bella... y totalmente inalcanzable. Él era demasiado mayor y estaba demasiado escarmentado por la vida como para esperar fantasías de finales felices. Pero habría dado cualquier cosa por convertir en mujer a la seductora señorita Blair.
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