Había renunciado a las mujeres. Pero, como todos los hombres, tenía una debilidad, y la suya era Tira Beck. Siempre la había considerado una superficial y veleidosa mujer de la alta sociedad, hasta enterarse de que Tira, secretamente, había estado reservando su amor para él.
En contra de su propia voluntad, Simon se vio hechizado por ella. No obstante, sabía que aquella maravillosa mujer no iba a rendirse a sus pies... a menos que fuera para toda la vida.
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