Ellos habían anhelado su noche de bodas, pero nunca llegó. Cinco años después, Sherry Boyd seguía siendo virgen, pero, a juzgar por las apariencias, Clint Graham, su antiguo prometido, no lo era. Y el irresistible comisario le pedía a ella, precisamente a ella, que lo ayudara a cuidar de la preciosa niña que alguien había abandonado en su puerta.
Sherry había guardado bajo llave los agridulces recuerdos de Clint junto a su anillo de compromiso. Pero allí estaban de nuevo… y allí estaba ella, en la puerta de su casa, tomando a la niña en brazos, y su corazón latiendo como solía hacerlo años atrás…
Sherry había guardado bajo llave los agridulces recuerdos de Clint junto a su anillo de compromiso. Pero allí estaban de nuevo… y allí estaba ella, en la puerta de su casa, tomando a la niña en brazos, y su corazón latiendo como solía hacerlo años atrás…
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