Raylene Hammond por fin había podido dejar atrás su horrible matrimonio con la ayuda de sus amigas. Ellas la habían acogido y protegido durante meses. Cuando, algún tiempo después, conoció al agente de policía Carter Rollins, sintió que su vida volvía a estar en peligro, pero por muy distintas razones. A Carter le quedó muy claro desde el principio que Raylene se sentía atrapada y decidió acercarle el mundo para que ella no tuviera que salir de su refugio. Pero tenía dos hermanas a las que cuidar y no se creía capaz de dedicarle mucho tiempo a la mujer que le había robado el corazón. Raylene sabía que Carter era un hombre al que podría llegar a amar, aunque temía que lo suyo nunca pudiera durar más que ese dulce verano.
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