Juró proteger a la princesa, sin embargo… ¿sería capaz de protegerla de sí mismo?
La princesa de Ishla ansiaba disfrutar de una semana de libertad, fuera de la jaula de oro que era su palacio. Allí, tenía prohibido hacer todo aquello con lo que soñaba, como salir a bailar, compartir una cena romántica con un hombre atractivo, besarlo… Estaba decidida a cumplir su sueño. Lo único que debía hacer era volver virgen a su país. Una vez en Australia, encontró al único capaz de hacer realidad sus fantasías.
Admirado y temido, Mikael Romanov se había ganado a pulso su reputación de hombre impasible, pero Layla consiguió llegarle al alma enseguida.
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