Ver a Brody Hayes otra vez fue como ver un fantasma. Aliviada, Irena Yovich comprobó que el parecido con su hermano fallecido, que había sido un playboy y su novio infiel, era sólo físico. No obstante, sabía que lo mejor era no acercarse demasiado a él…
Brody llevaba años enamorado de Irena en secreto y, de repente, la tenía a su alcance. Sólo tenía que convencerla de que estaban hechos el uno para el otro; que él era el hermano adecuado...
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