Christy Calhoun había jurado no volver a enamorarse, por eso enseguida supo que Shane McBride, el fuerte y atractivo vaquero, era un peligro para ella. Desgraciadamente, con una de las caravanas de la excursión averiada, Christy no tenía más remedio que quedarse en sus tierras durante algún tiempo...
Shane prefería limpiar los establos antes que ejercer como anfitrión de su preciosa invitada. Había jurado no volver a dejar entrar en su casa a una mujer y aquella le recordaba la razón. La tentadora belleza pelirroja ponía a prueba su sólida determinación.
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