La haría suya… por negocios y por placer.
Alex Merrick era rico, guapo y uno de los constructores más poderosos del país, pero Sarah Carver sólo lo veía como su mayor enemigo, pues había arruinado a su familia.
De pronto, se le presentó la oportunidad de arrebatarle un importante negocio y Sarah disfrutó del triunfo. Pero el placer duró poco porque el guapísimo Alex tenía un as en la manga, una proposición que ella no podría rechazar… y que incluía convertirla en su amante…
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