En Virgin River uno nunca sabe lo que puede encontrar al salir de una curva…
El antiguo actor Dylan Childress había abandonado Hollywood años atrás a cambio de una existencia pacífica como propietario de una aerolínea en Montana. Pero, con el negocio en crisis, Dylan había empezado a preguntarse si no debería aceptar alguna de las ofertas que la industria del cine seguía haciéndole. Y nada mejor que un viaje en moto a Virgin River con los amigos para ayudarle a decidir el camino a tomar. Sin embargo sus problemas quedaron aparcados en la cuneta de la carretera en cuanto vio a esa mujer en apuros.
El viaje de Katie Malone y sus gemelos a Virgin River se había detenido en seco por culpa de un pinchazo, al igual que su romance fallido. Para empeorarlo todo, llovía, los chicos tenían hambre y ella parecía incapaz de cambiar la rueda. De modo que, cuando esos moteros aparecieron y le ofrecieron su ayuda, Katie solo sintió alivio. Y entonces vio al sexy Dylan Childress, vestido de cuero, y en un instante el mundo pareció tambalearse.
Katie era una sensata madre soltera y Dylan, un empedernido alérgico al compromiso. Ninguno buscaba una aventura a largo plazo. Pero en ocasiones un instante bastaba para saber que habías encontrado algo que podría cambiar tu vida para siempre.
El antiguo actor Dylan Childress había abandonado Hollywood años atrás a cambio de una existencia pacífica como propietario de una aerolínea en Montana. Pero, con el negocio en crisis, Dylan había empezado a preguntarse si no debería aceptar alguna de las ofertas que la industria del cine seguía haciéndole. Y nada mejor que un viaje en moto a Virgin River con los amigos para ayudarle a decidir el camino a tomar. Sin embargo sus problemas quedaron aparcados en la cuneta de la carretera en cuanto vio a esa mujer en apuros.
El viaje de Katie Malone y sus gemelos a Virgin River se había detenido en seco por culpa de un pinchazo, al igual que su romance fallido. Para empeorarlo todo, llovía, los chicos tenían hambre y ella parecía incapaz de cambiar la rueda. De modo que, cuando esos moteros aparecieron y le ofrecieron su ayuda, Katie solo sintió alivio. Y entonces vio al sexy Dylan Childress, vestido de cuero, y en un instante el mundo pareció tambalearse.
Katie era una sensata madre soltera y Dylan, un empedernido alérgico al compromiso. Ninguno buscaba una aventura a largo plazo. Pero en ocasiones un instante bastaba para saber que habías encontrado algo que podría cambiar tu vida para siempre.
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