El ranchero Cane Kirk perdió mucho más que un brazo en la guerra. Se perdió a sí mismo. Para batallar contra sus demonios internos, desafiaba a cualquier cowboy lo suficientemente desgraciado como para cruzarse en su camino. Nadie parecía capaz de calmarle, excepto la atractiva Bodie Mays. A Bodie no le importaba salvar a Cane de sí mismo, aunque el vaquero le resultara demasiado tentador para su propia paz mental.
Sin embargo, pronto fue Bodie la que necesitó ayuda, pero no se atrevía a contarle a Cane lo que estaba pasando realmente. ¿Cómo iba a confiar en un vaquero tan violento e impredecible? Cuando el silencio terminó hundiéndola más profundamente en aguas turbulentas, le tocó a Cane salvar la situación. Y, si hacía las cosas bien, no tendría que volver a cabalgar en solitario durante la puesta de sol.
Sin embargo, pronto fue Bodie la que necesitó ayuda, pero no se atrevía a contarle a Cane lo que estaba pasando realmente. ¿Cómo iba a confiar en un vaquero tan violento e impredecible? Cuando el silencio terminó hundiéndola más profundamente en aguas turbulentas, le tocó a Cane salvar la situación. Y, si hacía las cosas bien, no tendría que volver a cabalgar en solitario durante la puesta de sol.
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