Un hombre misterioso le había puesto un cuchillo en el cuello durante su primera noche en la playa. Cuando la intrépida Morgan James descubrió que se trataba del millonario Nicholas Gregoras, amenazó con denunciarlo a la policía. Pero, ¿de qué podía acusarlo después de responder a sus besos con una pasión devoradora? Lo único que en realidad le había robado era el corazón.
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