Ese niño rubio tenía que ser su hijo...
En otro tiempo, el bombero Joe Davenport y Kristin Reynolds habían sido amantes, pero la prestigiosa familia de Kristin los había separado. Joe nunca había deseado abandonarla, del mismo modo que ahora no quería renunciar a su hijo. Como adultos que eran, ambos podían compartir la paternidad del pequeño Bobby sin desear nada más. Y, aunque entre ellos la atracción seguía tan viva como siempre, Joe no tenía la menor intención de dejarse llevar por ella... por mucho que Kristin fuera la única mujer que le había hecho desear tener una familia... y una esposa.
En otro tiempo, el bombero Joe Davenport y Kristin Reynolds habían sido amantes, pero la prestigiosa familia de Kristin los había separado. Joe nunca había deseado abandonarla, del mismo modo que ahora no quería renunciar a su hijo. Como adultos que eran, ambos podían compartir la paternidad del pequeño Bobby sin desear nada más. Y, aunque entre ellos la atracción seguía tan viva como siempre, Joe no tenía la menor intención de dejarse llevar por ella... por mucho que Kristin fuera la única mujer que le había hecho desear tener una familia... y una esposa.
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