–Serás mía por el tiempo que yo quiera.
Tane la encontró. Después de cuatro años de búsqueda, Laura sería suya una vez más y él no tenía intenciones de dejarla libre. Sin embargo, la vida de Laura había cambiado durante ese tiempo; su esposo había muerto y ella luchaba por mantener a su pequeño hijo. ¿Qué importaba que Tane y ella aún se amaran? El problema seguía siendo el mismo y no tenía solución.
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