Casi consiguió que él creyera que era inocente.
Michael North sabía que Bree Oliver era una cazafortunas en busca del dinero de su hermano, así que decidió seducirla, diciéndose que después la dejaría marchar. Sin embargo, tras un trágico accidente, tuvo que protegerla para cumplir la promesa que le había hecho a su hermano en el lecho de muerte.
Cuidando de Bree, Michael se vio obligado a poner a prueba su autocontrol. ¿Era ella tan inocente como proclamaba? ¿O él era tan ingenuo como para creerla? Dividido entre el deseo y la desconfianza, Michael no era consciente del asombroso secreto que ella ocultaba.
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