¡Iba a pasar la Navidad en España con una desconocida que lo había contratado como acompañante!
¡Silas Stanway estaba furioso! ¿Cómo demonios había aceptado acompañar a aquella desconocida a una boda en España?
Pensó que debía de ser una mujer desesperada. Sin embargo, se encontró con una mujer dulce, sincera y deliciosamente confusa… aunque seguía convencido de que, si había necesitado contratar a un hombre, era que… bueno, necesitaba a un hombre.
Al llegar a España comprobó que tenían una habitación… con una sola cama y Silas pensó que eso confirmaba sus sospechas. Pero eso no le molestó en absoluto porque Tilly había despertado en él una increíble atracción sexual…
¡Silas Stanway estaba furioso! ¿Cómo demonios había aceptado acompañar a aquella desconocida a una boda en España?
Pensó que debía de ser una mujer desesperada. Sin embargo, se encontró con una mujer dulce, sincera y deliciosamente confusa… aunque seguía convencido de que, si había necesitado contratar a un hombre, era que… bueno, necesitaba a un hombre.
Al llegar a España comprobó que tenían una habitación… con una sola cama y Silas pensó que eso confirmaba sus sospechas. Pero eso no le molestó en absoluto porque Tilly había despertado en él una increíble atracción sexual…
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