Lástima que le gustaran tanto los besos de aquella mujer…
La fiscal del distrito E.D. Martel había visto cómo toda su vida se venía abajo de pronto y necesitaba un hombre en el que poder confiar; un hombre protector, honesto y justo… Un hombre como Dylan Justiss, que además era increíblemente sexy.
Dylan llevaba toda la vida enamorado de E.D., pero justo cuando todos sus sueños profesionales estaban a punto de convertirse en realidad no era el momento de intentar nada con ella. E.D. se había metido en un buen lío y cualquiera al que se le relacionara con ella se arriesgaba a arruinar su reputación… y por tanto su puesto de juez.
La fiscal del distrito E.D. Martel había visto cómo toda su vida se venía abajo de pronto y necesitaba un hombre en el que poder confiar; un hombre protector, honesto y justo… Un hombre como Dylan Justiss, que además era increíblemente sexy.
Dylan llevaba toda la vida enamorado de E.D., pero justo cuando todos sus sueños profesionales estaban a punto de convertirse en realidad no era el momento de intentar nada con ella. E.D. se había metido en un buen lío y cualquiera al que se le relacionara con ella se arriesgaba a arruinar su reputación… y por tanto su puesto de juez.
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