Grant había jurado que no volvería a casarse, pero si alguien podía volver a hacerle sentir, ésa era la dulce Ariana. Ella necesitaba un buen abogado que la ayudara a luchar por sus bebés y merecía un buen hombre en quien apoyarse para traer al mundo a los dos pequeños. Si el amor podía solucionarlo todo, quizá juntos podrían encontrar la solución a sus problemas... y a sus sueños.
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