Cuando su guapísimo jefe le encomendó aquella misión fuera de las horas de trabajo, Ginny se quedó de piedra. Roarke quería que se hiciera pasar por su novia durante una semana en la que estarían juntos día y noche.
Roarke había elegido a Ginny porque sabía que no tendría la tentación de llevársela a la cama. Sin embargo, en cuanto estuvieron juntos, empezaron a echar chispas y Ginny no tardó en convertirse en su amante fuera de las horas de trabajo... ¿Aquello era solo una aventura sin compromiso, o acaso Roarke tenía otros planes?
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