martes, 12 de septiembre de 2017

Tatuaje Para Dos - Dawn Atkins

Necesitaba urgentemente encontrar un marido.
La familia de Nikki Winfield creía que tenía una tienda con mucho éxito y que estaba casada con un médico, pero en realidad era una artista del tatuaje con ciertos problemas para comprometerse. Cuando una urgencia familiar la obligó a volver a casa, se dio cuenta de que tenía que encontrar un marido a toda prisa. Fue entonces cuando pensó en el dentista Hollister Marx, al fin y al cabo un dentista era un médico, ¿no? Y además él le debía un favor. El problema surgió cuando los besos de su supuesto marido empezaron a hacerse demasiado reales.

El Rastro de unos Labios - Dawn Atkins

Había una segunda oportunidad para la seducción.
Un año antes Nick Ryder y Miranda Chase habían compartido una maravillosa noche de pasión que había dejado en él algo más que un poco de carmín en la camisa. Cuando ella se negó a responder a sus llamadas, Nick captó el mensaje... era una mujer sofisticada que no quería nada de un vulgar policía como él. Pero cuando volvieron a encontrarse, Miranda necesitaba la ayuda de Nick, y su talento como investigador. Él no podía negarse si era ella la que se lo pedía... pero tendría que mantenerse alejado de su cama, o al menos intentarlo...
Miranda había hecho un gran esfuerzo para olvidar al guapísimo Nick Ryder, ya que si no había vuelto a llamarla era porque no tenía el menor interés. Pero ahora había vuelto a su vida... y estaba más sexy e irresistible que nunca. Aunque su mirada decía lo contrario, Nick no paraba de repetir que aquello era un asunto estrictamente profesional. Eso quería decir que Miranda iba a tener que retocar su pintura de labios y provocarlo... porque lo que no iba a hacer era dejarlo escapar.

Besos Prohibidos - Dawn Atkins

Ir al instituto nunca había sido tan apasionante...
Tucker Manning, el hombre más sexy al que Cricket Wilde había conocido en su vida y al que nunca había podido olvidar, ahora era su jefe. Con sólo volver a verlo, la profesora de química se moría de ganas de comprobar si entre ellos seguía habiendo la chispa de antes. Pero parecía que se había vuelto un tipo formal, mientras que a ella no había nada que le gustara más que romper las reglas. Y no tardó en derretir su fachada de hielo con sus cálidos besos y hacer que volviese a ser el hombre atrevido de antaño.
Si el pequeño secreto que ocultaba Tucker salía a la luz, todo lo que había intentado conseguir se echaría a perder. El problema era que no podía resistirse a la salvaje sensualidad de Criket...